Este pequeño apartamento de dos habitaciones y 50 metros cuadrados localizado en Barcelona partía de un distribución muy angosta y poco armónica: un espacio pequeño, con mucho pasillo y habitaciones con poca luz.
Con el objetivo de aprovechar al máximo la entrada de luz natural se proyecta un espacio diáfano y abierto donde cocina y salón quedan unificados permitiendo que la luz bañe toda la estancia. A ambos lados de la pared donde actualmente se ubica la TV , dos puertas de roble de suelo a techo y completamente simétricas se abren a las dos habitaciones de la vivienda. Nuestra intención fue, sin duda, que estas dos puertas cobraran protagonismo pero se integraran al mismo tiempo de forma equilibrada en la propuesta de diseño del apartamento.
La entrada al aseo y lavadero quedan totalmente ocultos a la vista. ¿Cómo? Con dos puertas realizadas en el mismo material y tamaño que las puertas de las columnas de la cocina quedando totalmente eclipsadas y generando una sensación de continuidad!
Asimismo, y por petición de Maite, nuestra cliente, diseñamos un espacio de trabajo bajo la ventana. Un mobiliario en roble, realizado completamente a medida y donde la silla Huma de Expormim en color verde se convierte en total protagonista.
El resultado, un apartamento de reducido tamaño pero muy acogedor y funcional adaptado a las necesidades de nuestra cliente.
